El 19 de septiembre, el día anterior a mi llegada a Londres, se estrenaba una exposición retrospectiva de los 10 últimos años del artista chino Ai Weiwei, en la Royal Academy.
Royal Academy of Arts, en Picadilly |
A punto he
estado de perdérmela, fui a verla el último día, el domingo 13 de diciembre; a las 9 de
la mañana estaba allí y no había cola, pero dentro ya deambulaba mucha
gente.
La Royal Academy abrió todo el fin de semana, de manera continuada, para que los procastinadores como yo pudiéramos ver la muestra.
Esta es la cola que había a las 11 de la mañana, cuando salí de la exposición, después de dos horas |
En julio liberaron de la prisión en China a Weiwei, que se marchó inmediatamente a Munich para encontrarse con su hijo, y luego a Londres; pensé que a lo mejor me lo encontraba por la calle haciendo fotos con su iphone, o en la piscina.
Árbol formado con madera de muchos árboles, como símbolo de la diversidad de China |
Weiwei ha trabajado con un equipo de artesanos y asistentes en Berlín que ejecutaban sus órdenes tras largas conversaciones por skype y con fábricas chinas de porcelana, que a punto están del cierre.
Si en la Tate modern hubo toneladas de pipas de porcelana, pintadas a mano por artesanos de pueblos enteros, una a una, aquí son los cangrejos.
Cangrejos de porcelana, pintados a mano, de dos tipos, rojos y negros |
En 2010 el Gobierno ordenó demoler su estudio de
Shanghái y Ai Weiwei decidió celebrarlo la víspera con una cena -no
pudo asistir a ella porque fue detenido- en la que el plato principal era
cangrejo: 10.000 cangrejos para todos los comensales. Con los escombros de la demolición ha hecho diversas obras.
Obra realizada con ladrillos procedentes de la demolición de su estudio |
En 2008 el terremoto de Sichuan provocó 70.000 muertos y 18.000 desaparecidos; Weiwei y su equipo investigaron, y calculan que unos 5.000 eran escolares.
Listado de escolars muertos en el terremoto |
De la chatarra generada por el terremoto, se ha creado esta instalación, con barras enderezadas una a una, formando una ola |
La última sala de la exposición contiene seis grandes cubos de metal, en cuyo interior se reproduce la vida de Weiwei en prisión en 2011, (81 días incomunicado), con
esculturas policromadas hiperrealistas a mitad de tamaño.
Hay interrogatorios, las comidas...
Hasta las visitas al baño y la ducha eran con los dos guardias a 80 centímetros de su cara, las 24 horas.
Weiwei duchándose, con un policía al lado. |
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